Proyecto integral de carpintería en vivienda

¡Un proyecto para recordar! Tras la reforma de este precioso piso madrileño, llevamos a cabo tanto el amueblado como la decoración integral de la vivienda. ¿El objetivo principal? Atrapar cada átomo de luz natural y dotar de mobiliario de diseño a medida a toda a casa.

Debo reconocer que abracé el reto con pasión, pues nos encanta diseñar e implementar nuestros muebles en espacios diáfanos, recién reformados. Supone una dificultad mayor, pero sin duda ofrece la posibilidad de imprimir nuestra huella y desarrollar un proyecto integral.

La distribución de espacios debía tener en cuenta varias circunstancias importantes, como por ejemplo que gran parte de la vivienda es interior. Esto determinó que la nueva configuración se centrara en la apertura de esos espacios, con escasa iluminación natural, a la fuente de luz principal proveniente de los balcones del salón-comedor.

Los muebles, en blanco y madera de haya, brindan la ocasión de multiplicar la luz y crear una atmósfera de alegría y calma. Te vamos a contar cómo lo conseguimos en cada una de las estancias.

El salón, para mí y mis guitarras

Bueno, quizás en tus sueños 😉 El salón hay que compartirlo, pero lo hemos dispuesto de tal modo que cada miembro de la familia lo va a poder disfrutar.

Muy pocos muebles, los justos para poder combinar comodidad y confort. Un enorme sofá y un rincón para los melómanos.  Un espacio para la no-televisión, dedicado a un cuadro con tremenda perspectiva, una sencilla mesa auxiliar y una cajonera abierta a los recuerdos y fotos más queridos. Me quedaría a vivir.

La cocina y el comedor a salto de mata

Y nunca mejor dicho, puesto que para acceder al salón desde la cocina puedes ‘saltar’ a través de uno de los bonitos vanos con marco de madera, que facilitan la integración del espacio y el paso de la luz desde los balcones a la cocina.

Una mesa con espacio para 6 comensales, en blanco y madera, ofrece veladas interminables frente al mueble de salón que diseñamos para guardar libros, discos y demás pertenencias de esta familia tan roquera.

En la cocina realizamos un trabajo de filigrana, al integrar la iluminación en los muebles de madera superiores, combinados con electrodomésticos y módulos en blanco. Nada queda a la vista, la estética invita a la tranquilidad y al disfrute; todo queda oculto tras las puertas.

Nos encanta el detalle de la isla de madera al pasillo, con dos sillitas para el desayuno, frente a al jardín vegetal que concentramos en dos sencillos marcos. Un disfrute de equilibrio y pureza de formas.

Los baños, un cambio milagroso

Los patios de luces bien aprovechados ofrecen resultados sorprendentes. En los baños de esta vivienda no había posibilidad de integrar ventanas de mayor tamaño al encontrarse abiertos al patio de luces, así que lo resolvimos con pequeñas ventanas abatibles en la zona superior, aprovechando los altos techos. ¡El resultado fue de infarto! Gracias a las ventanas, los muebles y sanitarios en blanco resplandeciente y madera clara, una mampara de ducha de cristal e iluminación inteligente -tras el espejo y en focos encastrados-, conseguimos una poderosa iluminación en los que antes fueran tétricos y oscuros baños.

La atención al detalle que nos caracteriza les dio ese punto de nivel superior, como se observa en el lavabo sobre mueble volado de madera, los vanos para el gel y las toallas y el estratégico espacio destinado a cuadros decorativos.

Silenciosas habitaciones de interior ahora iluminadas

Un cuarto interior, a pesar de no contar con luz o excesivos metros, presenta la principal ventaja del silencio. En la habitación de matrimonio de esta casa conseguimos aumentar el espacio disponible diseñando un gran armario ropero, donde dispusimos en la zona inferior zapateros con cajones extraíbles, zona para colgar abrigos y trajes largos, baldas, cajones para ropa interior y un área superior para edredones y mantas.

Luz estratégica, mesillas aprovechando un murete que hace también las veces de cabecero, minimalismo y paz.

En la habitación infantil solventamos el problema de la escasez de metros con otro gran armario más juvenil, con espacio de librería y juguetes, y un escritorio con dos puestos para cuando tengan que trabajar o pintar. Este escritorio quedó perfectamente integrado en el vano natural del muro anexo al armario. Solo faltaban las sillas y la cama a juego, en madera de haya.